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La Plata: Julián Bartoli, otra víctima del cura Lorenzo dijo: “Los abusos que sufrí me persiguieron hasta en el vínculo con mi hijo”

Julián contó el abuso que sufrió de parte del cura Eduardo Lorenzo. "El día que yo denuncié me saqué esa mochila que venía llevando hace más de 20 años. Dejé de tener pesadillas, y me siento más liviano que nunca. Lo peor eran los pensamientos oscuros, los ataques de pánico, palpitaciones, me parecía ver a Lorenzo en la calle en gente que ni siquiera se le parecía " expresó. Uno de los tramos más crueles fue el momento en que dijo “cuando tuve a mis hijos fue una de las peores partes porque llegué a pensar que iba a repetir los abusos que el cometió conmigo y eso me destrozó mentalmente”. MIRÁ EL VÍDEO EN CAGL.tv

Este martes se conoció el testimonio de una nueva víctima de abuso del cura Eduardo Lorenzo, confesor del padre Grassi. Al iniciar la conferencia de Prensa, dijo “la idea de esto es hablar a corazón abierto y contar lo que me pasó, además de los que lo hayan sufrido o estén sufriendo al día de hoy lo puedan hablar. Hay como una coraza alrededor de esta persona, que se dedicó a abusar de chicos y tenemos que hacer justicia por todos ellos”.

Lorenzo sigue siendo sacerdote en la parroquia Inmaculada Madre de Dios de Gonnet, pese a que hace más de 11 años que tiene una denuncia penal por abuso sexual con acceso carnal agravado y está libre. "El abuso del cura Lorenzo me persiguió hasta en el vínculo con mi hijo", declaró la víctima, Julián Darío Bartoli.

El joven manifestó que "fui abusado por el cura Eduardo Lorenzo en el Colegio Nuestra Señora de Lourdes entre 1999 y 2001, cuando tenía 13 años y recién comenzaba mi adolescencia". En esa línea, narró que "con los foros de seguridad del barrio se metió de lleno en la vida de la iglesia y la escuela que usó como lugares para esconderse a plena luz del día detrás de su sotana. Tenía la imagen de un cura párroco que elegía a sus víctimas en esos lugares", según se ve en vídeo de CAGL.tv

En su crudo relato expresó “mi relación con él fue en grupos de actividades parroquiales en donde la mayoría eran adultos, de la comunidad de Olmos y de Berisso. Delante de ellos construía esa imagen que quería dar, pero no sabían cómo es en la intimidad. Los únicos que conocemos como es somos las víctimas y por eso tenemos que hablar”.

Sereno aunque firme, Julián agregó “él se creaba una coartada por la cual poder llegar a lo que el realmente quería, que era abusar de menores. Un violento, un pervertido, un mentiroso que dice a los padres lo que quieren escuchar o lo bien que se comportaba con los feligreses que iban su parroquia”. También dijo que el sacerdote viajaba con frecuencia a la Ciudad de Buenos Aires “porque tenía una mujer”.

En una narración que pone los pelos de punta, dijo “él me hacía besarle en el cuello, para que pudiera dormir mejor y lo llegué a ver en varias ocasiones en posiciones obscenas para que las viera un niño de apenas 13 años. Me sentí hostigado por sus opiniones sobre mi físico, pero, luego me volvía a tratar como si fuera su amigo y cuestionaba hasta por qué jugaba al básquet, que es lo que realmente en esos momentos me hacía feliz”.

Tal vez la parte más tremenda de esta verdad fue cuando Julián contó “cuando tuve a mis hijos fue una de las peores partes porque llegué a pensar que iba a repetir los abusos que el cometió conmigo y eso me destrozó mentalmente. Poco a poco he podido ir saliendo de esto y hacer pública la situación me ayuda bastante a despojarme todo lo vivido”. "Hasta mis 24 años todo esto se mantuvo escondido dentro de mí, hasta que conocí a Marianela, quien hoy es mi esposa y madre de mis dos hijos, a quien pude contar el trauma más grande de mi vida. Los fantasmas volvieron a aparecer con el nacimiento de mi primer hijo, Ignacio. Los abusos de Lorenzo hicieron que los primeros años de vida de Ignacio dudara que cuando lo bañara, durmiera con él, lo abrazara o diera besos no fuera a pasar que repitiera lo mismo que Lorenzo hizo conmigo. Además de eso, sufrí ataques de pánico. Todo esto se transformó en una mochila que debía cargar conmigo cada día de mi vida".

Julián está casado, es padre de dos hijos y tiene una empresa exitosa de energías renovables, "Good Energy". Recién después de 20 años logró poner en palabras el abuso que sufrió de parte del cura Eduardo Lorenzo que es capellán del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), confesor de Julio César Grassi, sacerdote fundador de Felices Los Niños que fue condenado a 15 años de prisión- denunciado por abuso sexual y corrupción de menores.

"Durante los dos años de abuso, mi vida se tornó un calvario psicológico, en el que yo era sometido todos los días a diferentes tipos de maltrato causados, a veces, sólo por cómo estaba vestido, o porque no había llegado a horario a la preparación de la misa, o me cortaba o no el pelo. En conclusión, cualquier cosa era válida para destruir mi autoestima", recordó Julián.

En su relato, Julián recordó "este cura tiene como modus operandi hacer fiestas en quintas que él mismo alquila. A la noche siempre hay alcohol, nunca hay mujeres y siempre hay varones mayores y menores de edad. Yo habiendo sido invitado a una fiesta, él me mandó a llamar a su habitación privada, y cuando entré, estaba semi desnudo exhibiendo su pene acostado en su cama, ¿qué les parece que esto genera en la psiquis de un chico? Al día de hoy no puedo acordarme qué pasó y qué me hizo".

"En marzo de 2019, gracias al trabajo de muchos periodistas comprometidos con estos casos pude leer la historia de León y fue ahí donde decidí sacarme la mochila, dejarla a un lado, darme vuelta y enfrentar el problema en serio", explicó Julián y cerró “dejé de tener pesadillas, y me siento más liviano que nunca. Lo peor eran los pensamientos oscuros, los ataques de pánico, palpitaciones, me parecía ver a Lorenzo en la calle en gente que ni siquiera se le parecía " expresó.

Belén, hermana del joven víctima del degenerado, dijo en diálogo con CadenaBa y para CAGL.tvesto es algo que la Iglesia lo sabe y como lo dijo mi hermano y lo digo yo, que hace 11 años que se hizo la denuncia penal y también la canónica y la Iglesia lo encubrió y lo sigue cubriendo”.

En ese contexto agregó “confío que cuando esto llegue al Arzobispo Víctor Fernández, tiene la oportunidad de dejar de encubrirlo, ponerlo a disposición de la Justicia y no trasladarlo a ninguna otra parroquia”. Agregó “mi hermano está bien parado y no sólo es contundente su testimonio sino que es la verdad y que no quedan dudas que este cura tiene los días contados”.

La denuncia penal

Actualmente la causa está a cargo de la fiscal Ana Medina. Hasta el momento los testimonios de León, Julián y el tercer testigo son los más importantes de la causa.

Vale remarcar que las dos semanas previas a la fecha de la audiencia de Julián Bartoli, el cura Eduardo Lorenzo, llamó a la casa de los padres de Julián. La conversación fue grabada y está a disposición de la fiscal Medina. El miércoles 3 de julio, un día antes que Julián declarara, el abogado de Lorenzo, Alfredo Gascón, se comunicó con la familia Bartoli, porque el doctor quería "reunirse con Julián" antes de que testificara ante la fiscal. Esa conversación también está a disposición de la fiscal.

Red de Sobrevivientes de Abuso Eclesiástico

En 2013 se creó la Red de Sobrevivientes de Abuso Eclesiástico, que tiene a cargo, entre otros profesionales a Carlos Lombardi y Liliana Rodríguez. Esta Red lleva más de 68 curas y monjas denunciados en todo el país. Está integrada por más de un centenar de hombres y mujeres, chicos y chicas, de la Argentina que en su niñez y/o adolescencia fueron violentados y ultrajados por integrantes de la Iglesia.

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